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Iñaki Acasuso / 12.09.2024 - 08:23:00

Chimeneas resistentes al fuego: cómo garantizar la seguridad en entornos críticos

En el diseño de instalaciones industriales, hospitales o data centers, la seguridad contra incendios no se limita a los sistemas de detección o extinción. También depende de un elemento clave: la resistencia al fuego de las chimeneas. Un fallo en la estanqueidad o la contención térmica puede convertir un sistema de evacuación en un punto de propagación del fuego, con consecuencias graves para la estructura y las personas.

En este artículo analizamos qué exige la normativa, cómo se ensayan las chimeneas resistentes al fuego y qué factores de diseño aseguran la máxima protección en entornos críticos.

 

1. ¿Qué exige la normativa CTE sobre resistencia al fuego?

El Código Técnico de la Edificación (CTE), actualizado en 2025, establece en su Documento Básico DB SI (Seguridad en caso de incendio) que todos los elementos constructivos que atraviesen sectores de incendio deben mantener la compartimentación durante un tiempo determinado (EI 30, EI 60, EI 120, etc.).

En el caso de las chimeneas, esta exigencia implica tres obligaciones fundamentales:

  • Evitar la propagación del fuego y del humo a través de pasos de forjado o muros.
  • Mantener la integridad estructural incluso bajo temperaturas extremas.
  • Cumplir con los ensayos y certificaciones europeas que validen su comportamiento térmico y mecánico.

Las normas EN 1366-13 y EN 13502-2 definen los métodos de ensayo y los criterios de clasificación que deben aplicarse para garantizar el cumplimiento del CTE. Asimismo, el marcado CEEN 1856-1 acredita que el sistema ha sido evaluado y certificado por un laboratorio acreditado, incluyendo la resistencia térmica, el comportamiento frente a la presión y la estanqueidad.

Una chimenea que atraviesa un muro, forjado o cubierta debe poseer la misma clasificación EI (integridad y aislamiento) que el elemento constructivo que perfora. De lo contrario, puede comprometer la compartimentación frente al fuego y generar un riesgo de propagación vertical. Esta exigencia cobra especial importancia en entornos de infraestructura crítica, donde un fallo puede detener operaciones completas o poner en riesgo vidas humanas.

 

2. Materiales y diseño que aseguran la resistencia al fuego

La capacidad de una chimenea para resistir altas temperaturas no depende solo del espesor del acero o del tipo de aislamiento. Se trata de un equilibrio entre composición, geometría, anclajes, dilatación térmica y continuidad del aislamiento.
Por ello, los fabricantes de sistemas de evacuación deben desarrollar diseños modulares que mantengan la estanqueidad, incluso cuando los materiales se dilatan bajo el calor extremo de un incendio.

Un diseño bien ejecutado permite que el sistema actúe como una barrera térmica entre el foco de fuego y las zonas adyacentes, garantizando tanto la integridad estructural como la seguridad del personal.

 

2.1. Materiales técnicos clave 

  • Acero inoxidable AISI 316L: su bajo contenido en carbono evita la pérdida de propiedades mecánicas ante altas temperaturas. Estos aceros mantienen la rigidez estructural y resisten la corrosión provocada por condensados ácidos o ambientes industriales agresivos.
  • Aislamiento térmico mineral de alta densidad: normalmente lana de roca con una densidad superior a 120 kg/m³, diseñada para retardar la transferencia de calor. Su espesor, que puede variar entre 25 y 50 mm, se determina según el tiempo de resistencia requerido (EI 30, EI 60 o EI 120).
  • Cámara de aire controlada y doble pared: la configuración modular de doble pared permite equilibrar la presión interna y disipar la energía térmica gradualmente. Esto evita deformaciones del tubo interior y fugas de gases calientes.
  • Juntas y anillos de estanqueidad certificados EI: fabricados con materiales resistentes a la temperatura, evitan que el calor se transmita a los puntos de unión, una de las zonas más críticas del sistema.

Cada componente debe funcionar como parte de un sistema integral ensayado. No basta con que el acero o el aislante sean de calidad; el conjunto completo  (módulo, unión, abrazadera, soporte y sellado) debe haber sido testado bajo condiciones reales de incendio.

 

3. Cómo se ensayan y certifican las chimeneas resistentes al fuego

Las chimeneas resistentes al fuego deben superar un proceso de certificación riguroso que garantice su rendimiento en condiciones extremas. El ensayo de resistencia al fuego se realiza conforme a la norma EN 1366-13, que define los métodos de prueba y los criterios de evaluación.

Durante el ensayo, la chimenea se instala en una pared o forjado de prueba y se expone a un fuego normalizado que alcanza temperaturas de más de 1100 °C. Se monitorizan tres aspectos críticos:

  1. Integridad (E): el sistema no debe permitir el paso de llamas ni gases calientes al otro lado de la barrera.
  2. Aislamiento térmico (I): la temperatura exterior del sistema no puede superar los límites establecidos que provocarían la ignición de materiales cercanos.
  3. Estabilidad mecánica: el sistema debe conservar su forma y fijaciones durante todo el ensayo, sin colapsar ni desprenderse.

El tiempo durante el cual se cumplen estos tres requisitos determina la clasificación final: EI 60, EI 90, EI 120, EI 180, EI 240. Tras superar la prueba, el fabricante recibe un informe de clasificación emitido por un laboratorio acreditado, que detalla los parámetros ensayados y las condiciones del sistema. Este documento, junto con la Declaración de Prestaciones (DoP) y el marcado CE, conforma la base legal y técnica para su uso en proyectos sujetos al CTE o reglamentos europeos.

 

4. Aplicaciones críticas donde la resistencia EI es obligatoria

El uso de chimeneas resistentes al fuego no se limita a grandes plantas industriales. Cada vez más proyectos requieren sistemas certificados EI debido al aumento de la densidad térmica y a la normativa sobre seguridad estructural.

  • Salas de calderas: Con una ponencia útil nominal superior a 70KW.
  • Salas de grupos electrógenos: Se consideran locales de riesgo especial bajo, independientemente de la potencia del grupo.
  • Data centers: en estos entornos, los generadores de emergencia requieren chimeneas capaces de mantener la estanqueidad durante incendios. Una pérdida de contención podría comprometer la refrigeración o causar una parada crítica del servicio.
  • Hospitales y laboratorios: las zonas con grupos electrógenos o calderas de vapor deben asegurar que el fuego no se propague entre plantas. Además, las normativas sanitarias exigen continuidad funcional durante emergencias.
  • Industria química y farmacéutica: las chimeneas deben soportar tanto altas temperaturas como reacciones químicas agresivas. Los sistemas certificados EI reducen el riesgo de fugas y garantizan la protección del personal y del entorno.
  • Centrales térmicas y plantas energéticas: los procesos de combustión continua requieren sistemas de evacuación con gran estabilidad mecánica y térmica, especialmente en zonas con presión positiva o exposición prolongada al calor.

En todos estos casos, las chimeneas con clasificación EI certificada permiten a los ingenieros garantizar seguridad operativa, cumplimiento normativo y fiabilidad a largo plazo.

 

5. Cómo elegir el sistema adecuado y evitar errores en la instalación

Seleccionar una chimenea resistente al fuego requiere una evaluación técnica integral desde la fase de diseño. No basta con revisar catálogos o fichas técnicas: se debe analizar el entorno, la función del sistema y los requisitos normativos aplicables.

Pasos recomendados:

  1. Verificar certificaciones y ensayos EI: comprobar que el fabricante dispone de ensayos válidos para el tipo de montaje (horizontal, vertical, presión positiva o negativa).
  2. Analizar la compatibilidad estructural: la chimenea debe integrarse con los sistemas de forjado y cubierta sin interrumpir la resistencia del cerramiento. Los kits de paso Jeremias, por ejemplo, permiten mantener la clasificación EI original del edificio.
  3. Calcular las dilataciones térmicas: un error común es no prever la expansión del acero durante el funcionamiento. Esto puede causar fisuras o pérdida de estanqueidad.
  4. Planificar el anclaje y soporte: los puntos de fijación deben absorber las cargas dinámicas sin transmitir calor a la estructura. Los soportes deben tener la misma resistencia al fuego que el sistema principal.
  5. Contar con soporte técnico especializado: un fabricante con experiencia puede proporcionar cálculos térmicos, modelos BIM y asesoramiento durante la instalación, reduciendo tiempos y errores.

Elegir un sistema certificado no solo implica cumplir la ley, sino garantizar la continuidad operativa y la seguridad del proyecto. Jeremias ofrece soluciones ensayadas bajo las normas más exigentes, diseñadas para evitar imprevistos durante la vida útil de la instalación.

 

6. Conclusión

Las chimeneas resistentes al fuego son un componente esencial de la seguridad estructural en edificios industriales y de infraestructura crítica. Garantizan la contención térmica, evitan la propagación del fuego y permiten mantener la operatividad durante emergencias.

Cumplir con el CTE, disponer de certificación CE válida y seleccionar un fabricante con ensayos acreditados son los tres pilares para prevenir incidentes, sanciones y sobrecostes.

Con Jeremias, cada proyecto cuenta con sistemas certificados, soporte técnico especializado y la tranquilidad de saber que la seguridad está garantizada.

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